martes, 4 de octubre de 2011

El rayo que cayó dos veces en el mismo lugar

La vida está repleta de elecciones y ella eligió. Creyó hacerlo bien, que ese era el camino que debía seguir. Imaginando su vida, cómo sería su futuro, se confió. En ese momento cometió un error. No obstante, ella, creía feliz, vivía un día a día extraño, donde poco a poco afloraba otra persona, pero lo dejó pasar. Pronto abandonó sus sueños y sus convicciones, y se convirtió en marioneta del mundo. El tiempo pasaba y cada día quedaba menos de ella misma. Tropiezos y fallos, debía ser perfecto. Su vida se complicó, se complicó tanto que un día desapareció. Pero al darse cuenta se asustó, se había perdido. El camino de la autobúsqueda fue aún peor. La soledad fue su aliada, no sabía que hacer.

Pero cuando se recuperaba apareció él. Él atento y valeroso, fuerte y astuto, y volvió a perderse. Se perdió entre la magia que desprendía, entre esa falsa seguridad que le proporcionó. Paso mucho tiempo antes de que ese "él" se marchara. Apareció en su lugar, un hombre egoista y soberbio, violento a veces, y embaucador. Él prometió ser siempre el mismo y cuidarla por el resto de sus días. Mentiras, mentiras, mentiras. Y ella se ahogó. Se ahogó en sus falsas espectativas y en sus absurdos planes con él. Entonces tomó una decisión, quizás acertada esta vez. Se prometió que no volvería a pasarle, se autoconvenció de que nada valdría la pena. Y así, comenzó un nuevo camino, construyó nuevos cimientos para una vida mejor. Dijo basta y así fue. Sin embargo, ella jamás se recuperó. Su mente irracional por momentos la cegó. Cantidad de temeridades ocurrieron antes de poder seguir. Pero una mañana, no más distinta que cualquier otra, encontró motivos por los que vivir, motivos que desde ese día llenan su corazón y se han convertido en su aliciente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario