miércoles, 25 de enero de 2012

Socorro y nadie

Sólo un pájaro negro sobre el pretil cascado,
una línea de sol en la reja de herrumbre.
Azoteas sin rostro, sin mirada, sin nadie.

Estúpido domingo voraz dehabitado.

Ahora se borra el sol definitivamente,
el pájaro se borra y es un vuelo son mágia.
Cómo última señal de vida de la camisa
oreándose en la cuerda, agita enloquecidas
blancas mangas que reclaman socorro pero
abrazan el aire.


Mario Benedetti

martes, 24 de enero de 2012

Ya fue tarde

Distintas sensaciones de una misma verdad. Ella llora nostálgica, él llora porque vio, al fin, la realidad. Ella odia, suplica, ofende. Él, en cambio, exige, victimiza, lucha por recuperar lo que fue suyo ya hace mucho. Soledad. Culpabilidad. Errores, Cuantiosos errores. Pobre ignorancia, maldita inmadurez.

Y el tiempo decidió que ya era tarde. Tarde para el perdón, para la amistad, para el futuro.

Lloran ambos. Porque no habrá vuelta atrás. Ni reconciliación, ni compasión. El tiempo pasó, así, sin más. Harto de idealizar, de esperar.

Hoy los segundos se suceden. Ahora comenzará un nuevo día. Terminará una etapa, comenzará otra. Porque hoy, al fin, ya fue tarde.

miércoles, 11 de enero de 2012

Hoy, existes

Se llenan en mí huecos vacíos. Huecos que no sabía que existían, que se hallaban profundos. Fuiste luz. Un día me viste de forma diferente. Perseveraste. Esperaste.

Y es que cuando sonrío tu me ves. Estas aquí. Hoy, ahora. Preparado para besar mis lágrimas y acariciar mi espalda. Deseando tenerme contigo. Segundo a segundo. Apareciste.

Abrázame. Deseo un achuchón infinito.

Grito para mí, grito lo mucho que me gusta tu risa, las pecas de tu espalda, tu barba algo pelirroja, y tus ojos; verdes unos días, amarillos otros. Y te toco, porque eres realidad. Eres mi presente. Justo a mi lado, mirándome cuando crees que no puedo verte.

Te noto respirar. Detrás de mí. Expectante. Tócame, estoy aquí. Bésame. Porque mi vida hoy está aferrada a él, aferrada a tu cuerpo, a tu olor. A esa forma que tienes de tratarme.

Háblame, hablemos mucho rato. Quiero dormirme escuchándote y levantarme con ganas de saber más de ti.

Sólo tú aprecias todas mis rarezas. Mis locuras, mis defectos. Sólo yo se lo mucho que me fascina lo insignificante de ti. Los pliegues de tu piel, las arrugas de tus codos. Coincidencias, diferencias. Me quieres.

Y es que te encontré y te necesito. Sí. Porque sé con certeza que eres mi cambio. Eres mi ilusión. Eres mi verdad. Eres mi realidad. Y quiero que entiendas, que hoy, te quiero.