lunes, 19 de diciembre de 2011

Siempre hay tiempo

¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo? Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo. Que nadie establece normas, salvo la vida. Que la vida sin ciertas normas pierde forma. Que la forma no se pierde con abrirnos. Que abrirnos no es amar indiscriminadamente. Que no está prohibido amar. Que también se puede odiar.

Cómo hacerte saber que nadie establece normas, salvo la vida. Que el odio y el amor son afectos. Que la agresión porque sí, hiere mucho. Que las heridas se cierran. Que las puertas no deben cerrarse. Que la mayor puerta es el afecto. Que los afectos nos definen. Que definirse no es remar contra la corriente. Que no cuanto más fuerte se hace el trazo, más se dibuja. Que buscar un equilibrio no implica ser tibio. Que negar palabras implica abrir distancias. Que encontrarse es muy hermoso. Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida. Que la vida parte del sexo. Que el por qué de los niños tiene un por qué.

Que querer saber de alguien no es sólo curiosidad. Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana. Que nunca está de más agradecer. Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo. Que nadie quiere estar solo. Que para no estar solo hay que dar. Que para dar debimos recibir antes. Que para que nos den, también hay que saber cómo pedir. Que saber pedir no es regalarse. Que regalarse es, en definitiva, no quererse. Que para que nos quieran debemos mostrar quienes somos. Que para que alguien sea, hay que ayudarlo. Que ayudar es poder alentar y apoyar. Que adular no es ayudar. Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara. Que las cosas cara a cara son honestas. Que nadie es honesto porque no roba. Que el que roba no es ladrón por placer. Que cuando no hay placer en hacer las cosas, no se está viviendo. Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte. Que se puede estar muerto en vida. Que se siente con el cuerpo y la mente. Que con los oídos se escucha. Que cuesta ser sensibles y no herirse. Que herirse no es desangrarse. Que para no ser heridos, levantamos muros. Que quien siembra muros no recoge nada. Que casi todos somos albañiles de muros. Que sería mucho mejor construir puentes. Que sobre ellos se va a la otra orilla, y también se vuelve. Que volver no implica retroceder. Que retroceder puede ser también avanzar. Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol.

Cómo hacerte saber que nadie establece normas, salvo la vida



Mario Benedetti

lunes, 12 de diciembre de 2011

Resignación



ES ESA SENSACIÓN DE CONFORMISMO CONSTANTE LA QUE DESTRUYE.
ATACA LAS MENTES, RETUERCE LAS IDEAS Y ASFIXIA EL PENSAMIENTO.
DESHACE TODA DIFERENCIA.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Los ojos que no vieron

Desnudé mi alma entonces. Caí en lo desconocido, tenía ganas de ti. Sin embargo tú llevabas la palabra traición contigo. Grabado en tinta invisible, paseó mi nombre ante tus ojos. Mentiras que se escriben con sangre, y se superponen en el tiempo. Hipocresía manchada de ti. Que retorció mi pecho y estrujó mis pulmones dejándome sin respiración. Comprimió la historia de un nosotros. Cerebro cansado de pensar. Repulsiva falsedad que yo idealicé. Maldita fue mi ceguera, maldita fue tu disculpa y maldita también mi compasión…

lunes, 5 de diciembre de 2011

Morir, resucitar, morir

Aire que los pulmones no respiran. Duele. Veneno convertido en sangre, mató órganos, mata el corazón. Soga al cuello invisible, tortura vehemente. Extírpense los ojos y oídos para no ver más injusticias, ni escuchar tanta hipocresía. Balas, balas que se disparan, que se introducen en cerebros hartos de pensar y cuestionarse. Que se introducen en estómagos podridos y retuercen lentamente. Y es que cuando te disparan sangras, sangras mucho, se entumecen tus piernas, te pesan los párpados y después, a veces, mueres.

Pero cuando no mueres, resucitas. Vives para existir. Escuchar aquello que no escuchaste, decir aquello que jamás dijiste. Respirar, experimentar. Recomponer el corazón. Ganar tiempo, quizás minutos, quizás décadas. Acertar. Equivocarse. Abandonar el raciocinio, dejarse llevar. Amar, desmesuradamente incluso.

Y de nuevo morir, sentir entumecimiento en tus piernas y pesadez en tus parpados, exhalar tu último aliento, pero esta vez con la certeza de que llenaste de vida cada segundo que tuviste. Y una vez esto, viene el silencio y con él, la paz.




jueves, 1 de diciembre de 2011

Piel con Piel

Entre los pliegues de la piel y el pelo despeinado, sábanas manchadas de nosotros.Papeles que huelen a quemado y lágrimas secas. Acierto y error. Entre besos y mordiscos, abrázame fuerte.

Tus huellas en mí y las mías en ti. Marcas de carmín bajo la piel. Toqué tus arrugas, acaricié los defectos y me enamoré. Tú lo hiciste. El tiempo camina al revés...

Solo yo sé lo mucho que me fascina lo insignificante de ti. Canas que afloran. Ojos cansados... Y la noche nos envuelve. Y la mañana también. Aliento suspirado. Cálido. Conóceme y te conoceré. ¿Te atreves?

Entre manos que se tocan y se vuelven una. Entre dos cuerpos y su desnudez. Eres mi mitad, yo la otra mitad. Mentiras cohibidas. Miedo virginal. Saltamos de la nada al todo, del todo al todo, y finalmente a un adiós.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Un pedazo de verdad



Para que pueda ser he de ser otro, salir de mí, buscarme entre los otros, los otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia.

Octavio Paz.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Puntos y comas

De vez en cuando hay que hacer una pausa. Contemplarse a sí mismo sin la fruición cotidiana, examinar el pasado, rubro por rubro, etapa por etapa, baldosa por baldosa.

Y no llorarse las mentiras sino cantarse las verdades.

Desprenderse




Vamos a quitarnos la ropa. Pongámonos frente a un espejo y gritemos hasta perder la voz. Vaciemos nuestra alma. Vamos a perder kilos, kilos de corazón y pensamientos atormentados, de experiencias raras y errores cometidos.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Latido diferente

Quisiera quedarme en silencio para poder admirar tus defectos. Mirarte de reojo, tocar tu mano y hacerte sonreír. Admirar hasta el más mínimo detalle de ti, tu mancha de la cara y tu mirada cansada. Pararía el tiempo con tal de tener más momentos como este, donde tú y yo, solo nosotros, existimos. Quisiera acariciarte, besarte quizás. Decirte siempre en silencio lo mucho que me gusta el sonido de tu voz, tu timidez desbordante, las arrugas de tus codos. Me embriaga esta noche contigo, una noche extraña, tanto como lo somos nosotros. Entre silencio y silencio observo y sonrío. Quiero admirar tus rarezas, porque son ellas quienes marcan la diferencia. No obstante nuestros corazones heridos y cansados no laten con la fuerza suficiente, no aún.