viernes, 22 de junio de 2012

Dolor

Las lágrimas recorrieron mi cuerpo una vez, y otra, y otra... transpiradas desde bien profundo. Un dolor atacó mi pecho cortándome la respiración. Y mil palabras clavaron como cuchillos sus afiladas puntas en mi cabeza, en mis manos y en mi felicidad. Me duele. Apalean mis pensamientos y mis rodillas ya llenas de muescas. Y el dolor se sucede. Me siento cansada, agotada, atada de pies y manos. Regresar es volver a una cárcel de palabras sin sentido. Incongruencias. Y la ansiedad comprende. Maldita soledad. Estoy aquí sin estar, sin pertenecer a nadie. Y las manchas de rímmel tintan todo mi cuerpo, las puntas de mis dedos y mi barbilla. Y dentro de mí mis ojos cansados lo reflejan. Un pelo, dos pelos, tres pelos. Percibo como algo estruja mi corazón que gotea sangre por dentro. Y siento que disparan a mi cabeza desde todas direcciones. Pobre cerebro cansado de pensar. Y sufro y me duele. Estoy rota por dentro, mis costillas ya no se sostienen. Manchados de disconformidad permanecen mis manos y mis codos. Palabras de mierda, momentos repletos. Duele.





sábado, 9 de junio de 2012

Ahora, en silencio

Ahora permanecimos en silencio. Y tu mano tocó mi pelo, mi barriga, mis codos. Te escucho respirar detrás de mi espalda, luego besaste mi frente. Mi cuerpo delirante va en busca de tu olor. Mis pies descalzos se posan en tu piel. Quisiera desvelarme sobre tu pecho para siempre... Y el tiempo se detuvo y el mundo caminó al revés. Manos que se entrelazan, corazones apretados, almas desgarradas. Siento que te quiero. Un olor embriaga mis sábanas. Y mis dedos recorren tu espalda. Entre cosquilla y cosquilla me enamoré. Manchas de vainilla y chocolate. Eres de verdad. Y dices que me quieres y siento asfixiarme. Porque tatuaste tu amor con tinta invisible en mi pecho, porque escribí palabras invertidas en tus brazos. Beso tus dedos, tus ojos, tu boca. Besas mis costillas, mis pulmones y luego el corazón. Llegaste así, al fondo de mí. Y un profundo éxtasis nos envolvió. Frente a frente hicimos el amor. Mezcla de sudor y saliva. Y aún en silencio. Estás aquí, hoy sigues aquí. Y así yo sé, ciertamente, que eres enteramente para mí y que yo lo seré siempre para ti.











                                                                                            (Para ti, por ser infinitamente maravilloso)