miércoles, 11 de enero de 2012

Hoy, existes

Se llenan en mí huecos vacíos. Huecos que no sabía que existían, que se hallaban profundos. Fuiste luz. Un día me viste de forma diferente. Perseveraste. Esperaste.

Y es que cuando sonrío tu me ves. Estas aquí. Hoy, ahora. Preparado para besar mis lágrimas y acariciar mi espalda. Deseando tenerme contigo. Segundo a segundo. Apareciste.

Abrázame. Deseo un achuchón infinito.

Grito para mí, grito lo mucho que me gusta tu risa, las pecas de tu espalda, tu barba algo pelirroja, y tus ojos; verdes unos días, amarillos otros. Y te toco, porque eres realidad. Eres mi presente. Justo a mi lado, mirándome cuando crees que no puedo verte.

Te noto respirar. Detrás de mí. Expectante. Tócame, estoy aquí. Bésame. Porque mi vida hoy está aferrada a él, aferrada a tu cuerpo, a tu olor. A esa forma que tienes de tratarme.

Háblame, hablemos mucho rato. Quiero dormirme escuchándote y levantarme con ganas de saber más de ti.

Sólo tú aprecias todas mis rarezas. Mis locuras, mis defectos. Sólo yo se lo mucho que me fascina lo insignificante de ti. Los pliegues de tu piel, las arrugas de tus codos. Coincidencias, diferencias. Me quieres.

Y es que te encontré y te necesito. Sí. Porque sé con certeza que eres mi cambio. Eres mi ilusión. Eres mi verdad. Eres mi realidad. Y quiero que entiendas, que hoy, te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario